Treinta minutos de pánico. Eso fue lo que vivieron este sábado los vecinos de la carretera del balneario de Fortuna, tras escuchar un frenazo, un tremendo golpe y, al salir a la T-423, comprobar cómo sobre el asfalto yacía boca abajo un Peugeot 406. En su interior, estaban atrapados su conductor, Salvador A., de unos 46 años, y dos niñas de 7 y 11 años.
Al parecer, la lluvia pudo jugar una mala pasada a los pasajeros del turismo, que se dirigían a los Baños de Fortuna. El automóvil dio una vuelta de campana, pero ningún ocupante resultó herido grave en el accidente.
Un policía y el coche tras el accidente |
Los policías municipales comprobaron que «los accidentados estaban conscientes y fuera del coche sentados en la calzada». Pese a todo, efectivos de la Guardia Civil de tráfico, una ambulancia del 112 y otra del Ayuntamiento de Fortuna se personaron también en la T-423 por si su actuación era necesaria. Y lo fue. Una de las ambulancias trasladó de urgencia al conductor del vehículo hasta el Hospital Morales Meseguer de Murcia, porque «sangraba abundantemente por la cabeza».
Las menores, por su parte, fueron sometidas a un reconocimiento en el servicio de urgencias del centro de salud de Fortuna, pese a que «no sangraban ni presentaban heridas». Para mayor seguridad, las pequeñas fueron posteriormente trasladadas al hospital para practicarlas unas radiografías.
El Peugeot 406 quedó prácticamente destrozado, y las pertenencias del vehículo, esparcidas por el asfalto. La Policía baraja dos hipótesis como las causantes del accidente: «Un despiste al volante o la lluvia, aunque parece que el pavimento de la T-423 algo deslizante por el agua que había caído pudo resultar crucial en el accidente».
Lo que sí tienen claro los agentes es que dos de los tres ocupantes del turismo llevaban el cinturón puesto, y eso evitó que saliesen despedidos del vehículo.
Fuente y foto La Verdad
Fuente y foto La Verdad
k pena esas dos niñas eran mis amigas laura la grande
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