Boceto de una posible reconstrucción |
El Balneario de Fortuna es uno de los yacimientos romanos más importantes de España. Conocido desde 1999, ha sido centro de numerosas campañas arqueológicas, que han sacado a la luz un espectacular complejo religioso, articulado en torno a una piscina y un canal central. El yacimiento, excavado sólo una parte, forma parte de un enorme conjunto que se extiende por las casas vecinas y por debajo de los actuales Baños de Fortuna. El período de máximo auge del edificio romano es alrededor de los siglos I y II d.C.
Las fases de ocupación del conjunto romano han alterado profundamente los restos arqueológicos. Aunque en época islámica se reutilizó el conjunto, este aún se conservaba en pie, al menos en su mayor parte, siendo en época moderna cuando la visión cambia completamente; el edificio romano no era más que una acumulación de ruinas, que son reutilizadas para construir el hotel del siglo XVII. Estas nuevas construcciones, parte de las cuales aún se conservan, utilizaron sillares procedentes del Santuario. Para abaratar costes cogieron los materiales del lugar más próximo al emplazamiento.
Vinculado en el tiempo y en uso al Santuario está la Cueva Negra de Fortuna, a poco más de dos kilómetros del primero. Sendos yacimientos funcionaron al mismo tiempo e íntimamente relacionados; a la Cueva Negra acudían los visitantes del Balneario, era el lugar donde depositaban sus ofrendas a las divinidades salutíferas, donde pedían por su curación y adonde acudían cuando éstas no habían satisfecho sus peticiones. Las inscripciones de la Cueva Negra son, por tanto, una fuente clave para comprender el funcionamiento de este gran complejo religioso romano.
El abandono del Santuario
Vista 3D del abandono del Balneario |
Durante el siglo IV d.C. se constata una leve recuperación, coincidiendo con la revitalización del puerto de Cartagena; se realizan nuevas reformas en el Blneario, construyéndose una balsa en opus signinum y ampliando los canales de evacuación de pluviales. Esta mejora no fue más que un espejismo; la aceptación por parte del Estado del cristianismo como religión oficial, junto con la progresiva desaparición de los cultos y festividades propios de las religiones paganas, acentuó la crisis del Balneario de Fortuna.
Tras la danmatio memoriae de Teodosio, y la ley de Honorio del 415, por la cual se expropian los bienes de las corporaciones religiosas paganas, el Santuario debió ser abandonado; las excavaciones de los últimos años en el yacimiento han constatado un gran nivel de incendio junto a la piscina del edificio, fechado en el siglo IV d.C., que confirma que el templo fue saqueado y destruido durante la Edad Media Islámica o la Edad Moderna. Cuando el agua termal de Fortuna vuelve a ser foco de inversiones como lugar de baño público, no se ocupa la zona de las ruinas romanas, sino que se construyen de nueva planta nuevas edificaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario o sugerencia sobre este artículo